Colegios, universidades e ideas. El pensum de estudio colonial
Colegios
En general, los colegios fueron establecidos en distintos poblados del territorio que hoy es Colombia desde comienzos del siglo XVII. La fundación también estaba encabezada por patronos, y sus espacios eran similares a los monasterios: edificaciones con claustro, por lo general acompañadas de iglesia. Al respecto, puede pensarse en el Real Colegio Seminario de San Francisco de Asís de Popayán, regentado por jesuitas desde su fundación en 1643 hasta que la comunidad fue expulsada en 1767, cuando pasó a ser dirigido por curas dominicos. Los estudiantes, clasificados en categorías basadas en privilegios y procedencia social, solían ser hombres españoles, personas de origen ibérico o sus descendientes, que, según se exigía, debían estar libres de mezcla racial y ser hijos de matrimonio legítimo.
Universidades
Universidades fundadas, es decir, siguiendo un orden cronológico de acuerdo al año en que fueron otorgados sus documentos fundacionales (real provisión, real cédula y bula o breve pontificios); en el segundo van las universidades en funcionamiento continuo desde su fundación, es decir, aquellas consideradas actualmente las más antiguas, prescindiendo de aquellas extinguidas hasta el siglo XIX; y, en la tercera, los colegios mayores, instituciones que, de acuerdo a la normativa de la época, servían de alojamiento como internados a los estudiantes universitarios pero que, en numerosos casos, cumplieron la función de «facultades docentes» de las universidades a las cuales se hallaban adscritas.
No se consignan universidades brasileñas pues no hubo establecimientos semejantes en Brasil sino hasta el año 1912, cuando se funda en Curitiba la Universidad de Paraná. La demanda local menor de especialistas teológicos y jurídicos fue amplia mente cubierta por los colegios jesuitas (desde 1549), mientras que los estudiantes que aspiraban a la educación superior tenían que cursar estudios en la Universidad de Coímbra. En lugar de las universidades, o «estudios generales», los portugueses favorecieron la creación de academias profesionales para responder a la necesidad local de técnicos y profesionales cualificados, entre ellos la creación de la primera escuela de ingeniería de las Américas, en Río de Janeiro el año 1792, y de las escuelas de medicina y cirugía en Bahía y Río de Janeiro, en 1808. Otras escuelas superiores (el equivalente a las facultades) surgen desde 1827.
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