Agricultura
La agricultura fue la base de la economía de la civilización inca.
La agricultura incaica hace referencia al conjunto de técnicas y saberes utilizados en el territorio del Tahuantinsuyo por los pobladores del Imperio Inca para cultivar la tierra. Al desarrollarse en los Andes una sociedad predominantemente agrícola, los incas supieron al suelo, venciendo las adversidades que el terreno andino y las inclemencias del clima. La adaptación de técnicas agrícolas que ya se empleaban con anterioridad en distintas partes, permitió a los incas organizar la producción de diversos productos, tanto de la costa, sierra y selva, para poder redistribuirlos a pueblos que no tenían acceso a otras regiones. Los logros tecnológicos, alcanzados a nivel agrícola, no hubieran sido posibles sin la fuerza de trabajo que se encontraba a disposición del Inca, así como la red vial que permitía almacenar adecuadamente los recursos ya cosechados y repartirlos por todo su territorio. El desarrollo agrícola inca y las técnicas usadas fueron tan efectivas que muchos expertos consideran que si se reutilizaran hoy en día se solucionarían los problemas de nutrición de la gente de los Andes por muchas décadas.
Metalurgia y orfebrería
Los incas obtuvieron gran conocimiento en cuanto a metales, además del Oro, la plata, el estaño y la Tumbaga que es la aleación de cobre y oro. El cobre fue uno de los primeros metales trabajados por el hombre en el Tahuantinsuyo ya que sus minerales se encuentra en estado casi puro.
La metalurgia hace referencia a las técnicas de extracción de metales contenidos en los minerales. Mientras que la Orfebrería se encarga de hacer objetos artísticos con el oro, la plata y otros metales preciosos. Realizaron la metalurgia dividiendo su trabajo en tres fases distintas: La extracción del mineral, la fundición del mineral, y el trabajo de metales; en cuanto a las herramientas que utilizaban para su elaboración eran construidas por ellos mismos y contaban con un horno llamado ‹‹ Huayras ›› que en quechua quiere decir “viento”. Los objetos eran creados con fines ceremoniales o que también pueden ser utilizados como joyas personales, también servía para identificar a las personas de alto rango. Elaborando así vasijas, máscaras funerarias, brazaletes, orejeras, entre otros. También fueron empleados para sustituir sus herramientas hechas de hueso, madera, y piedras, por otras más resistentes hechas con metales de mayor dureza.
Una de las características sobresalientes de la manufactura Inca era su tipo de cerámica, la cual tuvo sus orígenes mucho antes de que se consolidara el imperio Inca, es decir que los primeros asentamientos andinos ya dominaban este tipo de arte y con la creación del imperio Inca, éste simplemente imitó las técnicas aprendidas.
La cerámica era de gran importancia para los Incas, debido a a que como no utilizaban la rueda como medio de transporte, tenían que tratar que la cerámica sea fuerte, resistente y fácil de transportar. A lo largo de todo el imperio se le dió prioridad a la producción de dos tipos de cerámica, una con la finalidad de rendir tributo a los dioses (Religiosa) y la otra con una funcionalidad acorde a la vida cotidiana (Vasijas, jarras, etc), esta ultima tenía una producción masiva y poseía una decoración geométrica simple o tan solo plasmaban en ellas sus actividades diarias o animales de la zona, sin embargo también existió un tercer tipo de cerámica la cual provenía de ciertas tribus que fueron conquistadas por los Incas y trataban de su propia identidad, pero esta no era autorizada por el Inca ya que mantenía viva la identidad de las culturas conquistadas y su producción escondida de las autoridades.
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